Glaucoma: claves para evitar la ceguera irreversible

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El glaucoma es conocido como la «ceguera silenciosa». Descubre las claves para evitar la ceguera irreversible que provoca. 

El glaucoma, también conocido como «ladrón de la visión», podría afectar a aproximadamente 1.600.000 personas en España para el año 2030 si no se toman medidas preventivas urgentes. Esta enfermedad ocular, caracterizada por un daño progresivo del nervio óptico, sigue siendo la principal causa de ceguera irreversible en el mundo.

Su mayor peligro radica en que, en sus etapas iniciales, no presenta síntomas. Esta circunstancia facilita que alrededor del 40 % de los afectados desconozcan su condición hasta que el deterioro visual es significativo e irreversible. De ahí la importancia de una detección temprana de la enfermedad ante esta enfermedad para la que aún no existe cura, y cuya pérdida de visión no se puede recuperar.

La Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares, AGAF, hace un llamado a la población para que se realicen revisiones oftalmológicas periódicas, especialmente a partir de los 45 años, edad en la que aumenta el riesgo de padecer la enfermedad. Un simple examen de la presión intraocular y una evaluación del nervio óptico pueden marcar la diferencia entre preservar la visión o enfrentar una pérdida irreversible.

 

Factores de riesgo y prevención del glaucoma

Existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar glaucoma, entre ellos:

  • Antecedentes familiares de la enfermedad.
  • Edad superior a 45 años.
  • Hipertensión ocular.
  • Diabetes.
  • Miopía o hipermetropía elevada.
  • Uso prolongado de corticoides.

Para prevenir el avance de la enfermedad, es fundamental realizarse controles oftalmológicos regular, y adoptar hábitos saludables, como una alimentación equilibrada y ejercicio físico moderado. Además de evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, y seguir estrictamente los tratamientos prescritos por los especialistas.

 

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Desafíos de futuro 

Uno de los principales desafíos en el manejo del glaucoma es la baja adherencia al tratamiento. A pesar de que existen colirios y medicamentos eficaces para controlar la presión intraocular y ralentizar la progresión de la enfermedad, casi el 38% de los pacientes no siguen de manera constante sus tratamientos. Esto puede deberse a la falta de síntomas en las etapas iniciales, a la complejidad del tratamiento o a la falta de concienciación sobre la gravedad de la enfermedad.

Las investigaciones actuales se centran en detener el progreso del glaucoma y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, la AGAF insiste en la necesidad de ampliar estos estudios hacia la regeneración del nervio óptico, lo que podría representar una esperanza para recuperar la visión perdida.

Para lograr avances significativos, es esencial que el glaucoma sea reconocido como una enfermedad neurodegenerativa y reciba los recursos necesarios para el desarrollo de terapias innovadoras.

 

 

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