Europa envejece. Pero en los próximos años deberá hacer frente no solo a sus índices de envejecimiento, también al descenso de su población a partir de 2026. Así lo constata el Informe de Brueguel sobre el envejecimiento en Europa, realizado por David Pinkus y Nina Ruer.
Este Informe constata los desafíos principales que plantean los cambios demográficos. Porque en este estudio no solo se habla del envejecimiento de la población en Europa, los autores también se centran en las consecuencias que tendrá el descenso del número de habitantes en los diferentes países de la Unión.
Unos desafíos que, por otro lado, no serán uniformes en todos los Estados, ya que los países del este y del sur de Europa registrarán descensos más notables hasta el año 2050. Mientras que los países del norte y el oeste “podrían experimentar un crecimiento poblacional impulsado por una mayor migración”.
Envejecimiento y fuerza laboral
Se estima que, para el año 2050, la población en edad laboral disminuirá en 22 de los 27 Estados miembros de la Unión Europea. Al mismo tiempo, la proporción de personas mayores de 85 años se más que duplicará en el conjunto del bloque. Este cambio demográfico ejercerá una presión considerable sobre los sistemas de salud, pensiones y cuidados de larga duración en toda Europa.
Los países del este y del sur de la UE serán los más afectados por un envejecimiento poblacional más acelerado y una reducción significativa de la fuerza laboral, lo que podría debilitar su competitividad económica y acentuar las desigualdades dentro del continente. Por su parte, los Estados miembros del oeste y del norte también enfrentarán un envejecimiento de su población, aunque a un ritmo más moderado gracias a una menor disminución natural y a un flujo migratorio más elevado, lo cual les brindará un mayor margen para adaptarse.
Además, se prevé que las disparidades regionales dentro de los propios países se intensifiquen, ya que los migrantes tenderán a concentrarse en áreas urbanas, incrementando la vulnerabilidad de las regiones rurales frente a la despoblación.
Consecuencias del incremento de la población mayor
Como se asegura en este informe, en todos los países de la Unión Europea, la población mayor de 65 años seguirá creciendo hasta el año 2050. En países como Luxemburgo, Irlanda, Malta, Chipre y España, ese aumento será sustancial. Por lo que los Estados deberían prever sus consecuencias. “A medida que aumenta la esperanza de vida y se prevé una reducción e la fuerza laboral”, los países deben enfrentar el aumento del gasto en pensiones.
Los autores de este análisis refieren que, para aliviar la presión financiera sobre los sistemas de pensiones pasar por “modificar las edades de jubilación, las tasas de cotización o los niveles de las prestaciones”. Aunque también señalan que aumentar la edad de jubilación ampliaría los periodos de cotización, “pero podría beneficiar más a los grupos con mayores ingresos”. “Uno de los principales retos de la reforma de las pensiones es lograr el equilibrio adecuado entre la sostenibilidad de los sistemas y la garantía de unos niveles de ingresos adecuados a todas las etapas de la vida”.
Más allá del aspecto puramente económico, el aumento de la población mayor acarreará también una mayor presión sobre los sistemas de cuidados. “Se espera que esta tendencia demográfica genere una mayor demanda de atención médica, y la consiguiente necesidad de aumento en la demanda y la oferta de atención”.
Cómo aumentará la tasa de dependencia
La tasa de dependencia de las personas de edad muy avanzada (la proporción de personas mayores de 85 años en relación con la población en edad laboral) ya es más alta en el sur de Europa. Y se prevé que aumente drásticamente, hasta alcanzar el 18,3 % en el año 2070 (frente al 6 %). También se incrementaría esta tasa en Europa del Este, pasando del 3,5 % al 15,3 %.
Si bien los países del norte y el oeste de la UE también experimentarán un aumento en sus tasas de dependencia este informe prevé que esos aumentos sean menores que los ya citados.