Esperar a que me nombres

padre

Silencio,
en el centro de la habitación
mi corazón se hace pequeño,
naciendo y muriendo el invierno
nace
y muere la razón.

Silencio.
El universo entrando
por la puerta de mi boca,
y el aire
respirando como el agua
enredada entre las lágrimas calladas
de mis ojos.

Silencio
de madrugada.
La luz del hospital
suena afilada.
No hay frío junto a ti (papá),
sí un sueño
en lo dormido de tu alma.

Silencio.
La mano grande de tu cuerpo
con tocarla me abraza.
Y el aire frío (gélido) saliendo de ti
me besa como las alas del aire
que busca vivir rozando pétalos
al mismo tiempo.

Silencio.
Te beso.
Me sientes
y tu mirada es la última,
última vez que me ves.

Silencio.
Siento el viaje que te espera
y tu energía transparente
cerca de mí.
Siento el calor de las dos velas
velando 
y tu media sonrisa
con el beso que te di.

Silencio.
Ahora es solo silencio
cada amanecer dentro de mí.
Tu voz y silencio,
esperar a que me nombres
y se acorte la distancia
que ahora nos separa.

Silencio y despertar
agarrándote la mano
mientras me miras
y me dices que sí,
que me has visto vivir
y no olvidas
que volveremos a reír.

 

A mi padre José Alonso Martínez Andreu.

 

 

losangelesnosmirandurmiendo.blogspot.com.es

  • Artista polifacético dedicado a la poesía desde que era niño y a la pintura. Él mismo recuerda “aquel diario con llave de tapa roja que escribía y guardaba cada noche en una caja de vinos, a la edad de 6 años. Me enamoré sin querer de aquel papel en blanco y más cuando lo llenaba con mis pensamientos. Ver aparecer las palabras con la tinta de un bolígrafo: era emocionante. Luego, como en todas las vidas, empezaron a pasarme cosas. La tristeza y la alegría empezaron a salir de mí a cada momento como guiadas por un río invisible, y no podía parar. Y del poco a poco, al hoy”.

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