Esperando a Godot arrancó el 21 de noviembre en el Teatro Bellas Artes de Madrid, donde estará hasta el próximo 5 de enero. Protagonizada por Pepe Viyuela, Alberto Jiménez, Juan Díaz, Fernando Albizu y Jesús Lavi, esta historia es ya un símbolo universal, metáfora de la vulnerabilidad, la dignidad, el coraje y la irracionalidad del ser humano. Temas que convierten a esta obra de Samuel Beckett publicada en 1952 en actual.
El productor de esta función, Jesús Cimarro, ha asegurado que con esta obra Pentación Espectáculos materializa su apuesta por el teatro contemporáneo. «El teatro del absurdo es un campo en el que nos movemos con comodidad, apostando por acercarle al espectador estas historias que nos hacen reflexionar sobre la grandeza y la vulnerabilidad del ser humano».
Y es que Esperando a Godot es muchas cosas, porque en esta historia se aúnan el humor, la ternura, la poesía, la fuerza, el dolor, la ternura y la risa. Vladimir (Did) y Estragón (Gogo) esperan al misterioso Godot. Una espera que sirve para que estos amigos hablen, discutan, jueguen, se desafíen, se amen y se peleen.
El texto, que puede parecer simple, sobrepasa las líneas del teatro del absurdo con unos diálogos carentes de sentido y con situaciones que no llegan a ninguna parte.
La obra está dirigida por Antonio Simón, con escenografía de Paco Azorín, iluminación de Pedro Yagüe y vestuario de Ana Llena.
