¿Conoces la dieta plant-based? ¿Sabes cómo puede ayudar a tu bienestar en general y a la salud de tu piel en particular? Esta dieta está basada en el consumo de alimentos de origen vegetal, de frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Alimentos con importantes cantidades de vitaminas C y E, de polifenoles y ácidos fenólicos, «que contribuyen a la defensa oxidante de la piel frente a agentes externos como el daño producido por la radiación ultravioleta», asegura la profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, Marina Diana Pérez.
Numerosos estudios epidemiológicos demuestran que los alimentos de origen vegetal son básicos para mantener la salud de la piel. De hecho, un estudio reciente, publicado en la revista Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics (2022), ha realizado una revisión en este ámbito y ha evidenciado que una ingesta robusta de vegetales, aceite de oliva y legumbres se correlaciona con un menor daño en la piel provocado por la exposición prolongada a radiación ultravioleta.
La investigación expone que las frutas como el mango, el melón, la naranja, el tomate, la granada, el maracuyá y las uvas son ricas en compuestos bioactivos como la vitamina C, el α-tocoferol (vitamina E), betacarotenos, polifenoles y ácidos fenólicos, que promueven la defensa oxidante de la piel, participan en mecanismos para reducir la inflamación y generan soporte estructural y protección UV en la piel. Entre las verduras, destaca el kale o col rizada por ser rica en carotenoides y vitamina C, que ayudan a reducir la inflamación y el estrés oxidativo.
También reconoce que las almendras, por su contenido en tocoferoles y ácidos grasos insaturados que disminuyen las arrugas y la hiperpigmentación; de la soja por ser rica en isoflavonas que aportan elasticidad e hidratación; y de alimentos ricos en polifenoles como el cacao, el té verde o el café.
Los probióticos son organismos vivos (enterococos, lactobacilos y bifidobacterias) que residen de manera natural en el tracto intestinal humano. Estos organismos también están presentes en alimentos fermentados, como por ejemplo el yogur, el kéfir, la pasta de miso y las bebidas fermentadas.
Según la profesora colaboradora de la UOC, cada vez hay más estudios que muestran que los probióticos, como el Lactobacillus acidophilus, pueden prevenir el fotodaño y proteger del fotoenvejecimiento inducido por la radiación UVB. «Un mecanismo subyacente a su efecto fotoprotector es la supresión de las metaloproteinasas de matriz (MMP), lo que a su vez podría prevenir la formación de arrugas», remarca.
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