Humo…
del metal de tu cuerpo.
Perfume neutro,
vapor…
nube en su centro,
ojos cerrados y dos alas
que posan desnudas
en murmullos desnudos,
cobardes aullidos en desván.
Lamento adrenalítico,
huracán.
A solas, soledad
y mil preguntas,
las respuestas son las dunas descalzas
de unos pies en su arena
tratando de nadar.
Ola y sirena,
agua sin mar,
ojos de ballena al respirar.
Tu cuero de piel
enredado en mi frente,
como la hierba.
Mi sangre en mezcla de barro,
mi tarro en cesta
dentro de palangre,
cuerpo que apesta,
línea de pesca
sin alambre.
La verdad es prostituta,
madera antigua que sí arde.
La verdad es la parte de la sombra
de tu rincón que sin sol
se hace cobarde…
Vuela…
Vuela al metal de tu rincón.
Hazle poesías a la mina
que sangró tu corazón
sin avisar.