«La música es un buen paliativo en esta situación»

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La música ha formado parte, y es parte esencial, de la vida de Juan Erasmo Mochi y un «buen paliativo» en la situación que vivimos. Cantante, compositor, creador y ahora «youtubero», como él mismo nos explica. Charlamos con este espíritu inquieto que, a sus 77 años, sigue considerando que su trabajo es su razón de vivir, y descubrimos qué es para él el éxito. Además, esta conversación nos permite reconocer a un hombre seguro, para quien la familia «es lo más importante». Las palabras son el vehículo necesario para reconocer al autor de temas como Mami panchita, Qué hay en tu mirada, o Los que se van; y al popular presentador de programas como Escala en Hi-Fi y Hoy también es fiesta.

 

¿Qué estás haciendo ahora?

La verdad es que me he hecho “youtubero” (ríe). Soy una persona que no ha nacido para entretenerse con hobbies, yo me entretengo con mi trabajo. Mi trabajo siempre ha sido mi razón de vivir. No concibo la vida sin componer, sin dirigir, sin cantar, sin estar encima de un escenario. Y como no puedo hacer eso como sucede ahora, porque con la pandemia todo está restringido, pues decidí que tenía que seguir trabajando. Y la única forma de hacerlo es a través de Internet, componiendo nuevas canciones e inventándome otras acciones que creo que pueden ser interesantes.

 

¿Qué tipo de acciones?

Estoy haciendo unos tutoriales para aquellos que empiezan a cantar, no importa a qué edad, ofreciéndoles trucos que he ido aprendiendo en el trascurso de mi vida, para hacerles más fáciles las cosas, contando anécdotas que he vivido.

También he estado componiendo, junto con Benjamín Torrijo y mi esposa, una serie de músicas relajantes con vídeos que invitan a dejarse llevar por la ensoñación, por el espíritu. Creo que es muy necesario hacerlo porque mucha gente vive en un duermevela perpetuo por lo angustiados que están, por lo que estamos viviendo.

 

En esos proyectos actuales, también has pensado en los más pequeños.

Una de las cosas más bonitas que estoy haciendo son una serie de vídeos, con músicas originales, con tablas de multiplicar para los más pequeños, para que le pierdan el miedo a los números y se diviertan aprendiendo. Creo que es bueno facilitar el aprendizaje de esa bestia negra que son las tablas de multiplicar. Disfruto mucho haciendo todas estas cosas porque pienso, aunque sea un poco pretencioso, que de alguna manera ayudo a los demás y lo hago con mucho cariño.

 

¿Crees que durante este confinamiento, al margen de otras muchas cosas aprendidas, nos hemos dado cuenta de la necesidad de tener música en nuestros días?

Sí, creo que la música es un buen paliativo para este tipo de vivencias que estamos sufriendo en la actualidad. La música y la solidaridad. Que la gente se sienta respaldada, sobre todo las familias, a la familia en general que, quizá, se la tenía un poco olvidada. Bien sea por los pensamientos políticos que tienden a desvincularse de la familia, cuando para mí es lo más importante que existe, aquellos que pretenden que todo sea a través de “papá Estado”. Cosa con la que no estoy de acuerdo, en absoluto. Es importante que los familiares sientan que estás a su lado y compartes con ellos, eso es la auténtica felicidad.

 

«De lo único que puedo estar orgulloso es de haber vivido con honestidad, con respeto y con coherencia»

 

 

Juan, dices que la familia es lo más importante para ti y, a la vez, que tu vida es el trabajo. ¿Cómo se casan estas dos cosas?

Yo siempre he casado la familia con el trabajo. Te pongo un ejemplo: si me han contratado para actuar en un crucero, siempre me he permitido el lujo de hablar con el director del colegio de mis hijas. Le decía que me las iba a llevar 15 días, le pedía el programa de estudios que tuvieran para esas semanas, y me comprometía a colaborar con ellas para que pudieran seguirlo. Hacía esto porque estoy convencido de que en ese marco mis hijas iban a aprender mucho viajando, visitando distintos países. Y, además, que no quería separarme de ellas. He de decir que el director de su colegio siempre estuvo de acuerdo y me las he llevado. Y cuando han crecido igual, cada vez que he podido llevármelas a una actuación, me las he llevado y a mi mujer, para que nunca notaran que les faltaba mi presencia.

 

Este no parar de idear, de crear, ¿te ayuda también a ti a afrontar esta situación?

Claro. Yo no me dejo llevar por la obsesión de estar todo el día averiguando qué, cómo, cuántos… Incluso sería partidario, y te lo digo con sinceridad, de que en los informativos no hubiera tanto catastrofismo porque, creo yo, que una información diaria, fija, a una hora determinada, ofreciendo datos, consignas, lo que sea necesario, sería muy bueno. Pero el exceso de información, a todas horas y en todos los canales, no es positivo para nadie. Porque si esa intensidad de información se ofreciera a diario de las personas que mueren en España de diferentes enfermedades, viviríamos en un estado de desolación absoluto y no se arreglaría nada. Este exceso de información solo sirve para crear terror o indiferencia, porque llega un momento en el que ya lo escuchas como el que oye llover, sobre todo cuando cambian tanto de opinión en tan poco tiempo. Es una equivocación tremenda.

 

«Es importante que los familiares sientan que estás a su lado y compartes con ellos, eso es la auténtica felicidad»

 

Vamos a echar la vista atrás y repasamos tus más de 60 años en la música. De todo lo vivido, ¿qué es aquello de lo que te sientes más orgulloso?

(Ríe). Son muchos años. Fíjate, tengo 77 años y empecé a cantar y a componer a los 15. Pero me siento orgulloso de haber vivido a mi manera. Es de lo único, porque de todo lo demás, como no ha dependido en su totalidad de mí, sino del favor del público, de los sentimientos que he podido despertar con mis canciones, de lo único que puedo estar orgulloso es de haber vivido con honestidad, con respeto y con coherencia a aquello que he sentido y he pensado. A la fama, a la popularidad, no le doy más importancia que te sirve para que tus cosas no pasen desapercibidas, no sean ignoradas. Es por lo único que me interesa. Ni por el dinero, ni por el prestigio en el sentido de que te reconozcan. Mira, el otro día contando una anécdota que viví con un ídolo de mi juventud, un super actor norteamericano, Errol Flynn, cuyas películas de aventuras entusiasmaban a esa generación a la que yo pertenezco, me di cuenta de que la mayoría de la gente que me rodeaba no sabía quién era ese actor. Y no me lo podía creer. Me di cuenta de que la fama es muy efímera. Yo sigo haciendo las cosas, no para conseguir fama, sino porque necesito hacerlas, porque me nace así, porque quiero comunicarme con los demás. Y me hace muy feliz que a algunas personas les sirva lo que hago. Con eso me basta. No es que no sea ambicioso, es que soy consciente de que, como decía aquella famosa, no estoy tan en el “candelabro” en la actualidad. (Ríe). A mí con una vela me basta.

 

¿Qué es para ti el éxito?

El éxito es el premio a las cosas que haces y sirve para que, lo que vas a seguir haciendo, tenga más público, más trascendencia, más notoriedad. Valoro el éxito en función de lo que representa para mi trabajo, de reconocimiento de mi trabajo.

 

Para terminar, Juan, ¿qué nos deseamos en esta atípica Navidad? 

Pues lo más importante es quererse. Ya hace años que hice una canción en la que puede resumirse lo que deberíamos sentir en estas fechas.

 

 

 

 

 

 

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