Con el calor del verano es más común sentir las piernas pesadas. Conocemos por qué ocurre y cómo aliviar la molestia.
Con la llegada del calor, no solo cambiamos nuestra forma de vestir o nuestras actividades diarias: nuestro cuerpo también reacciona, y uno de los sistemas más afectados es el circulatorio. Muchas personas comienzan a notar una sensación de pesadez, hinchazón, cansancio o incluso dolor en las piernas, sobre todo al final del día. Este conjunto de síntomas se conoce como síndrome de piernas pesadas, un problema frecuente que puede impactar negativamente en la calidad de vida si no se trata adecuadamente.
El calor provoca una dilatación natural de las venas, lo que dificulta el retorno venoso y favorece la acumulación de sangre en las extremidades inferiores. Esta acumulación genera inflamación, pesadez y molestias, especialmente tras largos periodos de inactividad, como estar muchas horas sentado, de pie o con calzado poco adecuado.
Además, el sistema venoso contiene más del 60 % del volumen total de sangre del organismo, lo que lo hace especialmente sensible a las variaciones externas como la temperatura ambiental.
Cambios sencillos para mejorar la circulación
Aunque no podemos controlar el clima, sí es posible incorporar pequeños hábitos que ayuden a aliviar o prevenir las molestias:
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Mantenerse en movimiento: caminar, nadar o hacer ejercicios circulatorios (como levantar las piernas o mover los tobillos) favorece el retorno venoso.
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Evitar el sedentarismo: si pasas mucho tiempo sentado o de pie, realiza pausas activas con estiramientos suaves.
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Aplicar duchas de agua fría en las piernas para estimular la circulación.
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Dormir con las piernas ligeramente elevadas para facilitar el drenaje de líquidos.
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Hidratarse bien y moderar la sal en la dieta para prevenir la retención de líquidos.
Además, para quienes sufren estos síntomas con frecuencia, existen soluciones complementarias que pueden marcar la diferencia.