El pilates es un método perfecto para conseguir mejorar el cuerpo y la mente. Estos son los cinco ejercicios básicos para conseguirlo.
La directora técnica de Corpora Pilates, Laura Cabral, invita a practicar estos cinco ejercicios para comprobar que, en pocas semanas, mejora la flexibilidad y la fuerza.
Rodar hacia abajo
Este ejercicio está indicado para mejorar la movilidad de la columna y estirar la parte posterior del cuerpo.
De pie, con la espalda extendida, inhalar y, al exhalar, hay que flexionar primero la cabeza, luego el pecho y seguir bajando, vértebra a vértebra, sin doblar las rodillas ni mover la pelvis. Para subir de nuevo, primero inhala y sube lentamente en orden inverso a la bajada, activando el abdomen. Cabral recomienda repetir este ejercicio entre cinco y seis veces.
Estiramiento de la columna sentada
Indicado para fortalecer el abdomen, alargar la columna y mejorar la postura.
Sentada, con la espalda recta, coloca los brazos extendidos al frente y los pies en flex. Inhala profundamente y, al exhalar, flexiona el cuerpo hacia adelante suavemente. Vuelve a la postura inicial también lentamente.
Elevación del pecho
Para tonificar el abdomen y mejorar el control de la postura. Comienza tumbado boca arriba, con los brazos extendidos. Inhala y, al exhalar, eleva la cabeza, el cuello y la parte superior del tronco, hasta la mitad de la espalda. Haz este movimiento con control. Mantén ese movimiento durante algunas respiraciones, activando el abdomen. Después, regresa despacio a la posición inicial.
Plancha
Para fortalecer el cuerpo y mejorar la estabilidad. Comienza tumbada en el suelo, en posición cuadrúpeda, la columna bien alineada y los hombros relajados. Al exhalar, extiende una pierna hacia atrás sin mover el resto del cuerpo, manteniendo el abdomen activo. Repite varias veces el movimiento con cada pierna sin perder la postura.
Puente
Indicado para activar glúteos, abdominales y para flexibilizar la zona lumbar. Colócate acostada boca arriba, con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo. Toma aire y al exhalar eleva la pelvis poco a poco, hasta quedar apoyada en los omóplatos. Mantén la posición unos segundos y después baja despacio, articulando cada vértebra.