Nuestro organismo dispone de un sistema natural para liberarse y neutralizar las toxinas pero, en ocasiones, éstas se acumulan debido a algunos factores como la alimentación, el estrés y un ritmo de vida ajetreado. Ante estas situaciones, el organismo tiene que defenderse para conseguir restablecer el equilibrio natural sin que la salud se vea afectada.
Cuando se produce una acumulación de toxinas en el organismo, el cuerpo dispone de señales propias de aviso. Así, en forma de síntomas, nos avisa de que algo no va bien, de que sobran toxinas y hay que eliminarlas. El cuadro sintomático es variado pero, de forma generalizada, puede incluirse en él un cansancio injustificado, una mala digestión, un dolor de cabeza, insomnio, retención de líquidos o pérdida de concentración.
La doctora Isabel Fernández, de la Clínica Goandfer de Barcelona, asegura que es aconsejable hacer una sesión depurativa ante situaciones muy concretas, como tras haber sufrido un tratamiento farmacológico prolongado, tras periodos de sobrealimentación y antes de enfrentarse a una terapia específica, puesto que “ayudan a la purificación interna, facilitan una digestión fluida y apoyan el buen funcionamiento del hígado”.
Además de practicar un ejercicio moderado a diario, de evitar el sedentarismo y tomarse la vida con más calma, la alimentación juega un papel decisivo a la hora de eliminar las toxinas que se acumulan en el organismo. Unos hábitos alimenticios adecuados ayudan en el proceso depurativo. Los expertos recomiendan consumir legumbres, frutas y verduras frescas, mientras que invitan a relegar a un segundo plano alimentos como los productos procesados y en conserva, los lácteos y las carnes grasas, y los refrescos y el alcohol.
En este sentido, la doctora Fernández considera muy importante incrementar el consumo de productos que “alcalinicen, como los vegetales, los frutos secos, la fruta y las legumbres, además de eliminar al máximo el consumo de productos que nos acidifican el organismo y nos envejecen”. Por tanto, y según sus indicaciones, hay que prescindir de bebidas ricas en azúcares refinados, como los refrescos. Además, hay que intentar reducir el consumo de carnes rojas y favorecer, al mismo tiempo, el consumo de pescado, “sobre todo azul, puesto que es más rico en los protectores omega 3”.
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