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Mejora tu sueño: claves para el mejor descanso

¿Qué tal duermes? ¿Eres de las personas que descansan al menos durante siete horas y se despiertan listas para afrontar el día siguiente? ¿O quizá haces lo indecible para poder dormir unas horas, e incluso ya no sabes qué hacer para evitar los microdespertares nocturnos? ¿Compensas con una siesta de dos horas? ¿Tomas melatonina? ¿Qué haces para mejorar tu sueño?

 

Estoy educándome en el sueño; no recuerdo haber sido nunca una persona dormilona, más bien lo contrario. Me gusta mucho la noche, aunque sea sin fiesta, aunque luego me encanta madrugar para ver el amanecer e irme despertando paso a paso con la luz natural.

Dicho así puede que suene idílico; sin embargo, recortando horas de sueño al ir a acostarme y al levantarme el resultado es claro, con un balance escaso de tiempo de sueño. De ahí que me encuentre cambiando mis hábitos, tal y como te contaré más adelante.

“El sueño es la conducta que más peso tiene en el proceso de envejecimiento saludable”, dice Nuria Roure, doctora en Psicología; “su funcionalidad consiste en reparar nuestro cuerpo, los órganos y los sistemas, aunque también detoxifica la mente, preserva nuestra capacidad de memoria, de aprendizaje y concentración, además de equilibrar nuestro estado anímico”.

“Por ello, los expertos recomendamos que, en el caso de una persona adulta, el tiempo de descanso ha de durar entre siete y ocho horas diarias”, dice Roure, especializada en psicología del Sueño; “esto favorece una mayor protección frente a diversas enfermedades que son, mayoritariamente, las que más muertes al año causan”.

“Si nuestro sueño no es adecuado ni en cantidad, ni en calidad, experimentaremos efectos negativos en nuestra salud, asociados a una mala calidad de vida y a un envejecimiento menos saludable”, dice la psicóloga.

Y es que diversos estudios, entre ellos el de la Organización Mundial de la Salud (OMS) demuestran que las personas que duermen menos de cinco horas, e incluso aquellas que duermen más de diez horas, muestran tendencia a contraer ciertas patologías graves tales como problemas cardiovasculares, diabetes, ictus y obesidad.

Claves para un buen descanso

“Lo importante no es el sueño o el hecho de dormir, sino vivir, aunque para esto último es preciso lo primero”, dice Nuria Roure, creadora de Por fin duermo, un programa de 10 semanas de duración mediante el que enseña pautas y hábitos para un abordaje distinto del sueño.

Roure propone siete claves para entrenar el descanso diario:

  • Cuál es la causa. Lo primero es conocer el origen concreto de por qué no duermes bien. Puede ser por el estrés, la preocupación o la ansiedad.
  • Conocer las causas secundarias. Procura desanclar la relación entre la cama y el insomnio.
  • Prepara la noche durante el día. El entrenamiento para dormir sano empieza en cuanto te despiertas. Procura centrarte en algo positivo que te ocurra durante el día y piensa en ello justo antes de cerrar los ojos.
  • ¿Algo que puedas tomar para dormir mejor?, sí: decisiones. Deja de echar balones fuera culpando, por ejemplo, al mal efecto de las pastillas y toma responsabilidad de ti mismo.
  • ¿Dónde pones el foco? Si durante la noche te desvelas, date la oportunidad de escucharte a ti mismo, sin juicios. Escúchate para cambiar el punto de vista.
  • Si tu pareja ronca o se despierta varias veces durante la noche, provocando que tu sueño se interrumpa, ¿cómo lo vives: desde la rabia o desde el amor? “Por ejemplo, puedes agradecer que tienes a tu pareja a tu lado”, dice Roure.
  • Pierde el miedo a no dormir. Deja de pensar en el sueño, en las horas que duermes y en las que te falten por dormir.

Dormir bien, todo son ventajas

Para Nuria Roure el objetivo del buen sueño empieza a lograrse nada más despertar. En este sentido, el desarrollo de una mentalidad positiva puede ser la mejor herramienta.

Esta mentalidad te ayuda a ver las situaciones y hechos desde otro punto de vista, poniendo el foco en otra parte lo que, a su vez, te da una visión más amplia y flexible.

A la mentalidad positiva se llega, por ejemplo, mediante el manejo de las emociones. Saber qué es lo que sientes, cuándo, cómo y por qué constituye un proceso de conocimiento interior, de descubrimiento de quién eres y de cuál es tu propósito.

Identificar, reconocer y aceptar, mediante la autocompasión y la comprensión de ti mismo, te lleva a entender cuáles son tus patrones de respuesta ante las situaciones y experiencias que vives día a día.

Y si durante la jornada preparas tu sueño, es posible que aparezca de forma natural, de forma que, si una noche no es tan buena, pues no pasa nada.

“Reflexiona acerca de cómo sería tu vida si durmieras bien”, dice Nuria Roure, que enumera los beneficios del buen sueño:

  • Te levantas con energía y vitalidad, con ganas de hacer deporte y de cuidarte.
  • Disfrutas mucho más de tus relaciones, de tus interacciones con la gente con la que conectas.
  • Tienes mayor concentración, mejor enfoque y más memoria.
  • Estás más sereno, tranquilo y sosegado.
  • Tienes más salud y sabes que el riesgo a padecer enfermedades se reduce.
  • Proyectas seguridad y firmeza, consiguiendo que “todo te vaya bien”
  • Te sientes capaz de lograr lo que te propongas.

 

Si has llegado hasta aquí, te cuento un poquito más de mi entrenamiento del sueño.

Vaya por delante una aclaración a propósito de este proceso y es que la creación y consolidación de mis hábitos del sueño constituye un aprendizaje continuo. Es decir, que día a día entreno un nuevo aspecto de esta fase de equilibrio.

Porque, además, para arreglar el sueño es preciso darse cuenta de qué es lo que lo altera lo que, a su vez, me lleva a una mirada interior, para ver qué es lo que está pasando dentro.

Cada noche, antes de dormir, recuerdo varios momentos o escenas de mi día; han de ser bonitas o divertidas o entrañables o todo junto.

Hay noches en las que acabo riendo por la anécdota vivida. Me hace sentir bien y, sobre todo, agradecida por la vida que tengo.

Esto último es, quizá, lo más importante, me refiero al agradecimiento. Después de recordar al menos dos momentos estupendos de mi jornada, me siento agradecida por haberlos vivido y por lo aprendido.

Esto puede bastar para que el sueño llegue, de forma suave y certera, proporcionándome una buena noche de sueño.

Y tú, ¿te atreves a agradecer para dormir mejor?

¡Muy Felices Sueños! ¡Feliz Coaching!

 

 

 

 

 

 

Silvia Resa

Soy coach ontológica para acompañarte en la identificación de tu objetivo y apoyarte durante tu proceso de Coaching. Sistemas propios: ArkeCoaching, AstroCoaching y IronCoaching.

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