NUESTROS MAYORES

DomusVi aconseja anticipar las rutinas para minimizar los efectos del cambio horario en las personas mayores

Un año más, la próxima madrugada del sábado 28 al domingo 29 de octubre, el reloj se atrasará una hora poniendo fin al horario de verano. Este fenómeno puede ocasionar problemas en las rutinas de las personas mayores, dificultando su descanso y bienestar tanto físico como emocional, por eso es importante anticiparse al cambio horario para preservar el bienestar de residentes y usuarios.

El bienestar y la estabilidad en la edad sénior están ligadas al hecho de tener unas rutinas muy marcadas que pueden ayudar a disminuir algunos síntomas propios de la vejez. En este sentido, el cambio de hora puede ocasionar algunas alteraciones en dichas rutinas, pues los mayores son especialmente vulnerables ante los cambios en el entorno”, explica José Manuel Pérez, responsable de coordinadores asistenciales de la Dirección Técnica Asistencial de DomusVi.

El cambio de hora puede afectar a los ritmos circadianos de las personas, y también a su reloj biológico, humor, ritmo de sueño y calidad de su descanso. Para minimizar sus efectos en el bienestar de usuarios y residentes, los equipos profesionales de los centros DomusVi establecen planes de adaptación para las nuevas rutinas.

“Es imprescindible que los cuidadores seamos capaces de anticiparnos para evitar en nuestros mayores cambios bruscos en sus hábitos diarios. Por ejemplo, es bueno ir adelantando en unos 15 minutos las rutinas en la alimentación, así como la hora de ir a dormir, previamente al día del cambio, para ir acostumbrando al organismo”, añade Pérez. 

Otras medidas recomendadas son el establecimiento de una alimentación ligera y facilitar un estado de relajación para evitar la pesadez y la sobreestimulación.

 

Especial incidencia en personas con demencia

Las personas que sufren deterioro cognitivo avanzado, o que están diagnosticadas con algún tipo de demencia como el Alzheimer, pueden ser más sensibles al cambio de hora.

Muchas personas con deterioro degenerativo pueden experimentar el síndrome vespertino, un estado en el que reaccionan a la caída del sol encontrándose especialmente agitadas, irritables, agresivas o desorientadas. Por eso, es importante que los profesionales del cuidado prestemos especial atención a aquellos usuarios que pueden experimentar estos síntomas y minimizar el impacto de este síndrome a través de una labor de seguimiento y adaptación constante”, apostilla el responsable de coordinadores asistenciales de DomusVi.

REDACCIÓN SENIOR 50

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