¿Quieres dirigir la película de tu propia vida?

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¿Eres tú mismo quien crea tu vida? ¿O quizá son las circunstancias, las tendencias y las modas las que marcan tu trayectoria? Desde el Coaching te propongo acercarte a esta reflexión desde el Transurfing, disciplina que parte de que, antes de iniciar el viaje hacia una nueva realidad, lo primero es despertar, es decir, ver dónde te encuentras, desde dónde empiezas.

 

“El Transurfing nos enseña a unir el alma, la mente y la intención, nos apoya en nuestro propósito de vida y nos da las herramientas para poder limpiar y pulir la información con la que, por así decirlo, venimos de serie”, dice Eugenia Orantes, responsable del proyecto Comunidad Transurfing en Español, iniciado hace más de un lustro.

“Somos seres espirituales en un cuerpo material y con datos que venimos a transmutar en energía disponible para nuestro propósito de vida, el cual, a su vez, requiere escuchar al alma y lograr que la mente se ponga a su servicio”, dice esta experta en la disciplina citada, que tiene como principio el concepto del observador interior.

“Al igual que subes por la escalera has de pasar, del despertar a la realización de tus objetivos, gradualmente, escalón a escalón”, dice Orantes; “aunque, a menudo, la gente quiere que las cosas sucedan rápida y fácilmente, desean realizar la intención de forma inmediata”.

“Sin embargo, dicha intención suelen formularla desde un estado dormido, sin ser plenamente conscientes de lo que quieren realmente”, dice esta experta.

escalón

Escalón tras escalón

¿Cómo lograr definir la intención y llevar a cabo su realización? Eugenia Orantes nos indica varias pautas para conseguirlo, paso a paso:

  • Autoescucha. “Antes de establecer una intención y de tomar acción para obtenerla, has de aprender a escucharte a ti mismo, a tu propia alma, para entender si es eso lo que realmente quieres, si es ésa tu meta”.
  • Observador. Se trata de encender el observador, “despertar de tu sueño despierto”, dice Orantes. Esta experta propone “aprender técnicas para la gestión de la atención y para disminuir la importancia”.

“Te deshaces de los cambios bruscos de humor y de los vaivenes emocionales, formando un estado tranquilo y uniforme desde el que dar forma a tu realidad deseada”.

  • Intención. Al escuchar la voz de tu alma, “aprendes a distinguir tus objetivos de los de los demás”, dice Orantes; “a formular la intención correctamente y a trabajar con ella”.
  • Consciencia. Al escuchar a tu alma, “eres consciente de tus intenciones, tienes un alto nivel de energía, no dependes de los sistemas pendulares, no te das demasiada importancia y estás en un estado de armonía interior”, dice la creadora de la Comunidad Transurfing en Español; “lo cual te permite aplicar fácilmente las herramientas de esta disciplina, yendo hacia tus objetivos con confianza”.
  • Traductor. “Vadim Zeland ofrece un enfoque simple y eficaz, como es dejar de ser el receptor de la información de otra persona y convertirse en traductor, comenzando a hacer tu propia película”, dice Eugenia Orantes, que cita al científico ruso experto en física Cuántica y creador de la filosofía Reality Transurfing para la gestión de la realidad.
  • Diapositiva. Para crearla, “no requieres conocimientos ni habilidades especiales, sino que basta con describir con palabras el objetivo preciado en cada área de la vida”, dice Orantes; “luego, escribe diariamente aquellas formas de pensamiento que confirmen la realización de tus intenciones”.

Según esta experta, mantener tales registros “te ayudará a concentrarte en tus intenciones y, día a día, convertir esa imagen ideal en una realidad objetiva”.

  • Disciplina. “La condición más importante para el éxito en Transurfing es la capacidad de disciplinar tu mente”, dice Eugenia Orantes, que cita El proyector, título de Zeland; “Acostumbrarte a una forma de pensar que no interfiera, sino que te ayude a lograr tus objetivos”.

importancia

La importancia de gestionar la importancia

“Las personas han perdido su ventaja sobre otros seres vivos: la conciencia”, dice Vadim Zeland; “Empezaron a reaccionar inconscientemente a los estímulos externos, propagando la negatividad a su alrededor”; “aunque el hombre puede elegir y regular conscientemente su actitud ante la vida y el mundo exterior”.

Según Eugenia Orantes, las cosas que más nos preocupan son aquéllas que no dependen de nosotros mismos; de ahí que sea “posible y necesario formar una capa local de nuestro mundo, nuestro oasis”.

La gestión de uno mismo implica hacer lo propio con la atención, la actitud y la importancia, tal y como indica la citada experta:

  • Gestionar la atención. “Significa mantener los pensamientos negativos y las preocupaciones fuera de tu mente, para cambiar a algo bueno y agradable”, dice Eugenia Orantes; “eliminar de la vista las fuentes de información que interpretan todo de forma negativa, para pasar a lo positivo”.
  • Gestionar la relación. “Significa evitar la interpretación negativa de las cosas que suceden”, para lo cual hay que “adherirse al principio de coordinación de la intención”, es decir, “buscar el beneficio de cualquier cosa que ocurra, hacerlo deliberadamente y contra todo pronóstico, incluso contra el sentido común”, dice Orantes.
  • Gestionar la importancia. “Significa observarse a sí mismo y, deliberadamente, dejar de lado la importancia cuando ésta se exagera”, dice la responsable de la Comunidad Transurfing en Español, quien nos invita a preguntarnos: “¿Es importante para mí?, sí; entonces, si cedo a la importancia y lo empujo, ¿ayudará?, no, sólo lo empeorará; por lo que será mejor que lo deje, deliberadamente; preferiría que no importara”.

Insiste Eugenia Orantes en que “la gestión de la realidad no consiste en gestionar esta última, sino en autogestionarse”, de manera que “se puede establecer la propia seguridad como fotograma de referencia”.

“Preocuparse, inquietarse, temer por los de enfrente es un gran error”, según esta experta, pues “con tu ansiedad no estás estableciendo la defensa, sino el peligro”.

Para quienes habéis llegado hasta aquí, os invito a reflexionar a propósito de lo expuesto por Vadim Zeland en “El espacio de las variantes”, Vol. I de “Reality Transurfing”: “El hombre responde con agresividad a la más mínima molestia; interpreta, erróneamente, que la agresión es su poder cuando, en realidad, sólo está revoloteando indefenso en una red de péndulos”.

 

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