Que el cambio de hora no te quite el sueño

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Cada otoño hemos de enfrentarnos al cambio de hora, como el que viviremos este fin de semana, ya que la madrugada del sábado 30 al domingo 31 de octubre, tenemos que retrasar los relojes una hora (a las 3,00 h. serán las 02,00 h.). Al margen de los debates que genera la idoneidad o no de este cambio, caba preguntarse ¿cómo nos afecta física y mentalmente esta cambio horario?

La psicóloga Montse Marsà de Mundopsicologos.com reconoce que entre los efectos secundarios más frecuentes del cambio de hora están la disminución «sutil en los niveles de energía, cambios en el estado de ánimo sin motivo aparente y cambios en el sueño. También  podemos percibir dificultades de concentración, lo que puede llevarnos a una disminución del rendimiento  intelectual», asegura.

Todo esto depende de factores de los que no se puede escapar. Y cada uno de nosotros, según el momento y el estado psicofísico en que nos encontremos, puede reaccionar de manera diferente. El principal factor es la oscuridad, presente tanto por la mañana como por la tarde. El cuerpo y la mente por la mañana deben ponerse en marcha sin luz, y esto de por sí ya es un gran esfuerzo.

La experta también reconoce que hay personas más sensibles al cambio de hora y a la falta de luz, como los bebés y las personas mayores, «cuyos cerebros necesitan más tiempo para adaptarse». Marsà recuerda, además, que «la menor exposición a la luz solar conlleva una reducción de los niveles de vitamina D, relacionada con los trastornos del estado de ánimo y que, por lo tanto, es muy importante tenerla en cuenta durante esta etapa del año».

Para que estos cambios nos afecten lo menos posible, la psicológa nos da cinco consejos a seguir:

  • Empieza modificando tu rutina de irte a dormir 3 días antes del cambio de horario. Esto puede ser útil para avisar a tu cuerpo y tu mente de que estás cambiando algo.
  • Aprovecha cada momento de sol (y vitamina D). La vitamina D está relacionada con el estado de ánimo (entre otros), así que aprovecha como puedas los momentos del día donde haya sol para entrar en contacto con la luz solar y  así promover su absorción.
  • Haz actividad física con regularidad y promueve la liberación de endorfinas. Intenta establecer una rutina de actividad física para promover la liberación de endorfinas, relacionadas con el placer y el bienestar. Si ya realizabas actividad física, sigue manteniéndola pese a la falta de luz
  • Cuida tu vida social. No dejes que la falta de luz solar te impida hacer aquellas actividades sociales de las cuales antes disfrutabas y te ayudaban en tu estado de ánimo: sigue quedando con amigos, o saliendo a pasear, etc.
  • Acude a un profesional. Estas pautas pueden ayudarte a que la adaptación sea un poco más fácil, pero si pasadas una o dos semanas sigues percibiendo dificultades derivada del cambio de horario, es importante que acudas a un  psicólogo para valorar tu caso y ver cómo superar esta situación de la mejor manera posible.

 

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